Las mascotas fomentan la mejora de la condición de vida de las familias o personas individuales, en general, de los seres humanos que se hacen beneficiarios de su compañía, por más que uno reniegue en el momento que hacen sus necesidades en la alfombra o en el momento que rompen algún elemento de la residencia.
Los beneficios se notan en la vitalidad. Por ejemplo, tener una mascota y repartir tiempo con ella facilita apreciar sensaciones cariñosas, lo cual se entiende en una disminución de la presión arterial, la intranquilidad y el estrés. Hasta la autoestima se robustece, puesto que el hecho de sentirse estimado e imprescindible para otro ser ayuda a reforzar una identidad fuerte. Esto funciona a la perfección en personas con un entorno adverso o en familias desectructuradas, ya que el cariño que presta una mascota es total y absolutamente incondiciona.
El compromiso, por su parte, es asimismo un valor que se enriquece con una mascota. Darle la comida, arrancarse a pasear, bañarla y atenderla en el momento que se enferma hace que la persona reflexione lo que significa tener una responsabilidad. Tienda de gatos.